Antaño la barcas de vela latina se movían a vela o perchando, por el canal que une el puerto de Catarroja con la Albufera era imposible navegar a vela, salvo que el viento soplara en dirección favorable a la dirección del canal, era entonces cuando tenían que recorrer ese trayecto perchando, actualmente estas barcas llevan un motor para moverse sin viento, pero cuando hay competición de vela estos motores en las barcas punteras son retirados para perder peso, es entonces cuando las remolcan hasta el sitio donde arranca la regata, es ese momento el que se puede ver, momento que no se acaba nunca, se tarda alrededor de media hora en llegar, hay una competición pendiente, la concentración se nota en el rostro del barquero, el nerviosismo se disimula, no se llega nunca, pero en pocos minutos llegará al punto de salida y el sonido de una bocina será la señal para que se desplieguen las velas y la suerte está echada.
Competir en una regata en la Albufera para estos Valencianotes que han nacido, criado y vivido alrededor de ella, es un orgullo y un prestigio muy grande. Para ellos, gente noble, sencilla y hospitalaria como poca va dedicada esta imagen que creo que los simboliza perfectamente.
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